martes

Ballenas de perfume.

Ballenas de perfume que toman café en sus tazas de hule
Adyacentes al sol, perpendiculares al amor y al desasosiego del infame.
Inmutables ante el brillo de la luna áspera de quesos finos y sabrosos.
Plateadas, rosadas. Las tazas, las ballenas, las nubes; Ya no puedo diferenciarlas y en el crepúsculo duermo. Pero no es un crepúsculo sino la muerte de la noche, y no es oscuro sino de una tonalidad ámbar que se entromete en mi vista cansada, me inyecta su estremecimiento y lo transporta hasta mi cuerpo y así duermo… anestesiado.
Despierto.
Que es este lugar? El nirvana, el infierno, purgatorios, transiciones. Despierto.
Una casa élfica alumbrada por soles de colores desconocidos y desconocidamente hermosos, verdes de tiempos de luz, amarillos de cabellos de mujeres de antaño.
Y esos soles a la vez se sumergen en mares de vidrio en donde viven las ballenas de perfume, me asomo y bebo el agua cristalina entonces me atraviesan los vidrios y lo último que alcanzo a ver antes de sumergirme en mis sueños otra vez, es a ellas… si ellas, las ballenas de perfume que toman café en sus tazas de hule


Jhon

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